Cierro mi mano derecha
y me das sabiduría.
Apilada con tiempos pretéritos,
me hablas
de principios ignotos
roca inmensa.
Pequeña piedra
energía intacta
mi sangre absorbe.
Labrador el viento
lluvia modelando
y rodaste,
lastimada,
partida
golpeada.
Ahora aquí…
en mi mano
silenciosa,
inmortal alma,
en cuerpo duro y frío
con hilos plateados.
Rodaste en saltos
en la ladera,
y abajo,
abajo
lágrimas de arenas
te sujetaron.
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