
En un punto de mi alma
aletean todos...
son ellos
los que bajan del cielo
al suelo,
los que agitan sus alas,
acarician el aire, regalan su tibieza,
y al anfiteatro de granos
se entregan.
Sin piedad la noche
los esconde,
¿En qué nido ,en qué lugar?
Pero vuelven,
cada amanecer, regresan ,
con su valija de trinos
con sus picos hambrientos.
Los miro desde lejos,
es un sorbo de libertad,
transparente distancia .
Desaté su pasiòn
por arribar allí,
Vendràn siempre,
a esta cárcel libre,
con piso de suelo
con techo de cielo...
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