
Un día llegué a esas calles iluminadas,
especial sendero indicado por tu amor,
con violetas despertando a la noche,
y destellos entrecortados por la luna.
La calle silenciosa
impregnada con tu aliento
escondían en las sombras
el sabor de tus besos
y las rosas suaves tan profundas
que me distes al partir .
eran rojas ,tan rojas
como pintan a la pasión .
.
Bellos senderos para bellos latidos.
ResponderEliminarBesos,
Ana Lucía