
Escuché el rumor
de los helechos
en la fuente cercana,
escuché el murmullo
de los pájaros
que se encendía en la brisa
y seguía soñando
bajo el sauce llorón ,
que en un suave balanceo
traía tu voz misteriosa y serena.
Ebrio de fuego, el sol
eran tus brazos en mi espalda,
y mi sangre se vestía
con los húmedos pétalos
de tus labios .
Ni la melodía danzando el aire ,
ni la música de los pájaros,
de las flores y las fuentes,
ni el arrullo del sauce llorón,
nadie puede imitar
el aroma que sellaste
en mi sangre
Stella Maris
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