Nace un rosedal…
con humildad hiló sus pétalos,
bebiendo la verdad del cielo
que flota con tu recuerdo,
y la tersura callada
del rosedal que despierta,
guarda el tenue sonido
de tu suave voz.
Asoman en la ventana
de este claro día
flores de blanco nácar,
blanco nácar
de los ángeles que te acunan .
blanco nácar de los trazos en el pizarrón
grabados en quienes fueron tus alumnos
y la edad terrenal ha huido
retratándote con un pincel
en humilde modo…
ha huido dejando huellas indelebles.
Vendrán las aves al rosedal florecido
y al esconderse en sus ramas
colgarán su mejor música
para que llegue hasta donde estás.
A la memoria de Ilda Barotto ,
quien selló en mi alma adolescente
( cuando el secundario transitaba) su paciencia, templanza y sabiduría .
Quien además corrigió mis versos apresurados.
Stella: qué lindo recordar a Ilda
ResponderEliminarleyendo el hermosos poema que le dedicás con mucha ternura.
Nina